RUTA DE LAS CINCO VILLAS(II). SADABA

De Sádaba destacaremos dos obras impresionantes, el Castillo dominando el pueblo con sus siete torres de defensa y la Iglesia Parroquial de Santa María. Nos dejaremos caer en el Castillo al atardecer cuando los colores y dorados se acentúan y su imponente alzada nos dejará maravillados. Lo construyó “El Batallador”, para defender al plaza del ataque constante de los navarros en el siglo XIII. Se nota aquí el cambio de ideas de la época ya que el castillo se construye como plaza fuerte para vivir y no solo como monumento defensivo. Hoy se abre para el público en un paseo por el paseo de ronda y las principales estancias abiertas a cielo abierto. Merece la pena la explicación y el audiovisual para introducirnos en el momento histórico en el que las Cinco Villas tuvieron su máxima esplendor.
En el centro de Sádaba visitaremos la iglesia de Santa María y su Cristo Marinero, traído de allende el Atlántico por un noble sabadeño y al que rinden hoy muestra de fervor cristiano los ciudadanos de Sádaba.
En las afueras del núcleo urbano existen varios lugares que nos recuerdan que esta villa fue romana como La Sinagoga o el Mausoleo de los Atilios pero es en el Yacimiento de los Bañales donde se conservan los restos en mejor estado. Llegaremos a los Bañales por la carretera que une Sádaba con Uncastillo, y tras cruzar el núcleo de Layana. Nada más adentrarnos en el valle, se nos levantan las columnas de los que debió ser el foro y el poblado, también de su templo ceremonial, más allá los restos del las termas, quizás el mejor edificio romano conservado en Aragón. Un kilómetro hacia el sur descubriremos el acueducto. En perfecto estado de conservación con 32 pilares todavía en pie y desgraciadamente mal indicado lo que hace que muchos turistas se vayan sin verlo.
Más información:
www.comarcacincovillas.net

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