MIRADAS.AMBOSELI.KENIA

Sus padres andaban entretenidos en regalarnos a los turistas danzas tribales. Sus hermanos jugaban con nuestras cosas cerca del poblado. El pequeño colgado de la espalda de su madre estaba ausente, cansado del trajín, olvidado de los mayores.

Yo sólo estaba agachado mirando la escena, detrás del bullicio, esperando el momento de marchar. El pequeño masai me miró, se mordió el labio y me atrapó en el instante más mágico que, quizás, haya vivido nunca en África. Las gotas de sudor corrían por su afeitada cabeza. Su sopor era igual al mío.

Su poblado se encuentra a la entrada del Parque Nacional de Amboseli, en Kenia. Hoy ya debe andar corriendo detrás de su otros niños masais y pastoreando cabras. Su mirada, espero, permanecerá inalterada al paso del tiempo y los turistas.

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