MIERCOLES SANTO: ESTE AÑO NO LLUEVE Y LOS CAPILLITAS CONTENTOS

Si, la no lluvia, porque si uno escuchaba la radio oficial iban dado lluvia cada rato, que viene, que no viene, que ya está cayendo, que no cae al final..., en definitiva: miércoles santo de cofradias y pasos en la calle y de sevillanos y visitantes tomando la calle como si fuera la última vez que fueran a salir los pasos. Los Sevillanos del extraradio vestidos de domingo y con lo niños de charol y leotardo, los turistas con la boca abierta y la sonrisa perenne, los Sevillanos de los barrios finos de chaqueta y corbata y eso sí, no se de donde han sacado esa moda de llevar los pantalones, los hombres, cortados a la altura del tobillo; "cutremoda" que no entiendo y que hace que mi tierra tenga pinta de paleta y pueblerina y que me rebele cuando la veo, máxime si esa finura que se aparenta se pierde con un paquete de pipas en la mano y escupiendo las cáscaras a la calle..., en fin "sevillanía".

Pero a lo que vamos,  que los pasos estaban en la calle y que me fui una vez más a ver salir la Hermandad del Baratillo, a ver la Piedad con su hijo en brazos, un encuentro en la calle con el fervor  y una banda de música de los mejor que se mueve en Sevilla la de Nuestra Señora del Sol. Impresionante. De ahí, a un lugar privilegiado para la observación:  la cuesta del Rosario, por un lado la Plaza del Salvador y por otro el desemboque de Sierpes en San Franscisco. Uno detrás de otro fueron pasando por allí el Carmen, La Sed y San Bernardo. Pero a este fuimos a verlo al Barrio de Santa Cruz cuando ya caía la noche. Vimos al crucificado, una talla del siglo XVII, meciéndose sobre un monte de claveles rojos con las velas encendidas y como se alejaba ante el olé y los aplausos de los miles de visitantes. Y entre sus fieles vimos a toreros y a la esplendida representante española en Eurovisión, Pastora Soler, pelirroja y guapa y que no se atrevió a cantar un saeta que hubiéramos agradecido todos. Un miércoles santo espectacular en Sevilla.

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