P.N. DE LA SIERRA Y LOS CAÑONES DE GUARA(I)



Para comenzar el año hemos preparado una salida muy especial con ECOWILDLIFE TRAVEL al noreste de la ciudad de Huesca, done  el viajero de esta escapada se encontrará con las primeras estribaciones del Pirineo. Esta escapada la llevaremos a cabo la segunda semana de febrero por lo que, aquellos que os apetezca os podeis apuntar con nosotros.

El contacto entre el valle del Ebro es muchas veces brusco y contrastado, con escarpados desniveles y un hábitat rural tradicionalmente integrado en el paisaje. Es en la sierra de Guara donde este fenómeno del Prepirineo aragonés alcanza su máxima expresión.

En las sierras prepirenaicas que componen el Parque natural de la sierra y los cañones de Guara, el agua de los cuatro ríos que las atraviesan, han labrado un increíble paisaje de dolinas, simas, barrancos, mallos y grutas. En sus paredones calizos encuentran refugio y lugar de nidificación las más altas densidades de aves rupícolas que se pueden encontrar en España. Es aquí donde el maravilloso quebrantahuesos ha encontrado uno de sus bastiones en su lucha contra la extinción acompañado por águilas, buitres y halcones. En Guara podemos observar numerosos y apreciados pájaros de montaña, como el treparriscos o el acentor alpino. Estas montañas aragonesas ofrecen gran diversidad de bosques, con pino negro y abetales en la vertiente norte y encinares y robledales mediterráneos en la sur.

Declarado Parque Natural y ZEPA (Zona de Especial Protección de las Aves), Guara es uno de los espacios más ricos en aves rapaces de toda la Península Ibérica. El parque de casi 80.00 hectáreas alcanza su altura máxima en el Torzal de Guara con 2.077 mts. En Guara podemos encontrar bosques de pino silvestre en el piso montano, pino negro en el alpino y pino carrasco, menos frecuente en los lugares más secos y soleados. Existe algún pequeño abetal residual. Existen pequeños hayedos, robledales, y pequeños quejigares testigos supervivientes de masas de mayor extensión. Si embargo, el bosque más representativo lo constituye el encinar asociado con enebros y sabinas. En las riberas predominan chopos y álamos.


Célebre por sus mallos, cañones y barrancos esculpidos por el agua, estas montañas albergan poblaciones de rapaces, sobre todo rupícolas, en las mayores cantidades en todo el Paleártico occidental. La densidad de aves carroñeras presente en estas montañas salvajes está considerada como la mejor de toda Europa. Hay 170 especies de aves registradas en el parque.

En invierno es posible la observación del treparriscos, apreciada especie por los ornitólogos, que desciende en esta época de sus altas zonas de cría empujado por el rigor del clima de la alta montaña. Este pajarillo, prospecta las paredes húmedas en busca de insectos y arañas compartiendo hábitat con los roqueros. El quebrantahuesos patrulla los valles, y buitres, águilas y halcones se dejan remontar por los colchones de aire caliente de las corrientes térmicas con la imponente arquitectura pétrea de la sierra como marco.  En el siguiente post os hablaré de la fauna.

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