GASTROTURISMO. RULES EL RESTAURANTE MÁS ANTIGUO DE LONDRES


Hombre no es Londres probablemente la ciudad donde uno encuentre grandes templos gastronómicos, pero si es cierto que se suelen encontrar curiosidades que merece la pena aprovechar. Y como no, como curiosidad, el Rules es una de ellas.

Situado en la zona de Convent Garden, de las más animadas de la City, eso sí hasta las 12 de la noche cuando cierran todos los locales, cuenta con más de 214 años de historia. Fue fundado por Thomas Rules en 1.798 y ofrece típicos platos británicos y en julio y agosto suele cambiar el menú para ofrecer aves de caza o jabalí u otros animales salvajes como conejo, liebre, perdiz, patos, etc., que cazan en Lartington Estate, una hacienda que pertenece a la firma.

El restaurante es una galería de anticuario con cuadros, mobiliario y “personajes” sacados de la más rancia tradición británica. Eso si desde el mayordomo de la puerta que nos abre hasta el último de los camareros son todos muy serviciales. Y para prenda el llamador que te dejan en la mesa cuando necesitas serivicio ( lo "last" como diría un inglés) Cuando se abrió Rules, Napoleón comenzaba su campaña en Egipto y por sus salas han pasado miembros de nueve monarquías británicas entre ellos el más venerado en la casa el Príncipe de Gales y luego rey Eduardo VII, que regentaba el local con sus amantes clandestinas. Actores y actrices ingleses suelen ser comensales recurrentes, pero fue Lawrence Olivier uno  de los más asiduos junto a Clark Gable tras sus veladas en los teatros de la zona.

Muchos literatos famosos han escrito sobre el lugar pero existen un salón privado dedicado al más noble de todos ellos y que paso muchas tarde escribiendo en su mesa,  Graham Greene,  que pese a que solía vivir en Francia, volvía a Londres y con asiduidad al Rules.

La comida recargada como toda la comida inglesa y la carta de vinos mejorable pero con grandes caldos al lado del algún “reoja” como nos cuenta el somellier. Nos pedimos de primero una Codorniz rellena de foie y con salsa de naranja sanguina, deliciosa

De segundo nos sirvieron la costilla de ternera de Aberdeen con su palo y nos llenaron el plato de coliflores, zanahorias y como no, el Pudding de Yorkshire.

Y de postre un Pudding de chocolate con varias texturas de peras. Sublime.


Es algo caro puesto que un menú no bajará nunca de las 40/50 libras y el nuestro de las 90 pero si podéis, merece la pena acercarse por su historia y por el momento y en lugar.

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