EL MODERNISME(y III). EL VALLÉS ORIENTAL.BARCELONA

La Garriga, Cardedeu, L’Ametlla del Vallés y Granollers

Con el auge de la industria textil, la burguesía catalana comienza a construirse casas de veraneo hacia el noroeste de la gran urbe, en tierras muy apreciadas en la época tanto por su fertilidad como por su riqueza paisajística y sobre todo por sus aguas termales. Esto hace que un arquitecto local, influenciado por Antonio Gaudí y discípulo de Montaner, Joaquim Raspall i Mallol, comience un febril periodo constructivo que le lleva a edificar, por las diferentes localidades de lo que hoy es conocido como la comarca del Vallés Oriental, un conjunto de casas de veraneo y lugares públicos para el ocio y el descanso de la burguesía barcelonesa.
De aquella actividad nace hoy la ruta denominada Ruta Raspall, que lleva al visitante a conocer algunas de sus obras más emblemáticas. Entre ellas, podemos destacar la casa Mollet y L’Ajuntament, en L’Ametlla del Vallès. Se trata de una parada de obligado cumplimiento en este recorrido, ya que merece la pena tomar un aperitivo o un café en la que fuera casa del doctor Bassa, un ejemplo de la arquitectura modernista de Joaquim Raspall.

En Cardedeu merece la pena visitar y la alquería Cloèlia, construida en 1904 y decorada con algunos de los más hermosos signos modernistas de juegos florales y geométricos en su fachada.
En La Garriga destaca la Casa Mayo o Can Raspall y la manzana de casas conocida como la manzana Raspall, declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Se trata de cuatro torres de veraneo, conocidas como la casa Barbey, La Bombonera, la Torre Iris y la casa Barraquer. Son representativas de la primera etapa del arquitecto, y es considerado como uno de los conjuntos más singulares del país. Todas ellas son símbolo del auge de una burguesía empeñada en destacarse con el embellecimiento de sus segundas residencias.
Granollers, capital del Vallés Oriental, cuenta con alguno de los mejores ejemplos del Modernismo: la casa Rovellat, la casa Viader, Els Pinetonts e incluso el cementerio municipal de Granollers son obras de obligada visita. Pero si hay un lugar donde se respira todavía ese ambiente intelectual y modernista es la Fonda Europa, que pronto cumplirá 300 años de historia. Allí se reunía buena parte de la intelectualidad catalana alrededor de las tertulias burguesas que se organizaban. Hoy unas cuantas habitaciones intentan recordar aquellos tiempos, pero son sus famosos --y copiosos-- “desayunos de tenedor”, los días de mercado, los que animan el establecimiento cien años después. No debemos marcharnos de Granollers sin visitar su famosa plaça Porticada (1587).


Casi todas las casas modernistas son privadas y se encuentran en los pequeños centros de las poblaciones. Aunque realmente son sus fachadas lo que merece la pena ver, si lo que queremos es visitar su interior, lo mejor es dirigirse al museu Arxiu Tomàs Balvey, en Cardedeu, donde organizan visitas comentadas los fines de semana.

Para comer
Hotel Fonda Europa
Anselm Clave, 1
08402 Granollers
Tel. 938 70 03 12938 70 03 12
Fonda tradicional catalana con muy buen servicio y con un ambiente art decó excelente Habitación doble con desayuno: 100-110 €.
Desayunos de tenedor: 9 €.

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