ECUADOR( y XII). 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN CHARLES DARWIN EN SANTA CRUZ




Me decía una de nuestras expedicionarias de Ecowilldife antes de llegar a las Islas Galápagos que había soñado toda la vida con ver las tortugas gigantes. Este amiga, hace más de veinte años que tiene varias décadas, como diría Joan Manuel Serrat y yo me sentí halagado de ser el encargado de ayudarle a descubrir este lugar. Yo soñé son ese momento muchos años hasta que vi cumplido mi sueño y, como he explicado muchas veces, cuando pise las islas las piernas me temblaron, los ojos se me humedecieron, la cabeza me dio vueltas y como Stendal, mi alma se quebró por el momento vivido. Hoy sigo volviendo a las islas con ilusión, pese a la masificación de barcos, la aglomeración de gente y algunas de las malas noticias sobre biodiversidad que nos llegan desde las islas.

La Estación Científica Charles Darwin ubicada en Puerto Ayora, en la Isla Santa Cruz cumplió este año 50 años, que curioso como yo; es famosa por la cría en cautiverio de las tortugas gigantes, llamadas Galápagos que viven un promedio de 150 años. La estación cuenta con un Centro de Interpretación de Historia Natural y ejecuta tareas educativas apoyando al servicio del Parque Nacional Galápagos. Esta estación es igualmente centro de operaciones de científicos extranjeros que llegan a las Islas para ocuparse de programas de investigación especiales. Hoy nos advierte que los célebres pinzones de Darwin se están muriendo por causas de una nueva especie invasora que hemos introducido. La mosca parásita, Philornis downsi,  pone sus huevos en nidos con aves en incubación y sus larvas se alimentan de la sangre de los pichones, causando a veces el 100% de mortalidad en los polluelos en un nido. Al menos 16 de las 20 especies de aves “cantoras” que solo se encuentran en Galápagos ahora se ven amenazadas por P. downsi, incluidos los emblemáticos “pinzones de Darwin”. Es el caso del críticamente amenazado Pinzón de Manglar, solo quedan 80 individuos en estado silvestre. Y noticias como esta nos asaltan cada día.

Además de la protección de la vida silvestre de Galápagos, la estación científica trabaja muy de cerca con escuelas, pescadores, agricultores, artesanos, consejos municipales, operadoras turísticas y con el Parque Nacional Galápagos. Con la finalidad de que la población y visitantes tomen conciencia y fortalezcan su colaboración para la conservación de estas Islas. La Estación Charles Darwin y sus equipos de monitoreo también se encuentran presentes en las ciudades de Puerto Villamil en la Isla Isabela y en Puerto Baquerizo Moreno en la Isla San Cristobal.

Hoy la estación de Santa Cruz, recibe miles de visitantes que con sus entradas y con sus compras, ayudan a mantener el centro. Cada día es más difícil sacar adelante a las tortugas, cada cría cuesta unos 7.000$ de media y ahora que parece que se recupera la especie, se ha dado la orden de parar el programa ya que los fondos no acaban de ser suficientes. Paseando por el kilómetro y medio de sendero,  se puede observar fragatas, lobos marinos, piqueros patas azules, iguanas de tierra, que ya dejaron de criar en cautividad, y tortugas gigantes. El más famoso de los tortugos de galápagos “El Solitario George”, el último sobreviviente de las tortugas de la isla Pinta, murió hace dos años sin descendencia y por lo tanto se dio por extinguida esta especie. Hoy el que manda en el centro es "Diego" un quelonio mandón y seductor, que al engendrar a más de 800 descendientes ha salvado de la desaparición a otra especie de tortugas gigantes en Galápagos, las tortugas de Hood o de La Española.

Diego fue repatriado a las islas ecuatorianas en 1975. Anteriormente se encontraba en el zoológico de San Diego, California, que al enterarse de que en Ecuador funcionaba un programa de reproducción de tortugas gigantes, lo devolvió. Diego fue sacado de Galápagos por alguna expedición entre 1900 y 1930. Su llegada fue providencial, pues ese año quedaban apenas 2 machos y 12 hembras de la especie Chelonoidis hoodensis de la isla Española, cuyo caparazón tiene cierta semejanza con una silla de montar. Dicen que Darwin cabalgó en uno de esos ejemplares durante su estancia en Galápagos. Todos los ejemplares fueron trasladados al Centro de Reproducción de la isla Santa Cruz, y de inmediato Diego demostró ser una potencia sexual y no ha dejado de engendrar con las hembras hasta hoy.

Nos marchamos de Galápagos después de un viaje alucinante del que tenéis todas las entradas del blog en este enlace y las fotografía en este otro enlace. Muchas emociones y encuentros, pero sobre todo, el orgullo de haber estado en algunos de los lugares más hermosos de nuestro planeta. Buen descanso viajero.

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