QUITO: PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DESDE HACE 12.000 AÑOS


























Desde el Panecillo se contempla toda la ciudad de Quito. Desde allá se ve el Cotopaxi, el Cayambé, el Pichincha ( el que tiene la cara del Mariscal Sucre marcada), todos los volcanes que protegen esta bella ciudad, y todos suelen amanecer altivos, unos coronados con blanca nieve otro con la espuma de nubes blancas que hacen hermosa la postal. Subimos en  domingo y las familias vienen a relajarse en este mítica colina a más de 3.000 metros de altura.

Hace 12.000 años llegaron los primeros humanos a Quito, aquellas primeras naciones que se expandieron por toda América, más tarde hace 3.500 años los Incas se instalaron en esas tierras creando una segunda capital de un imperio que gobernó estas tierras varios miles de añon y luego más tarde, hace algo más de 500 años llegamos los europeos con nuestros caballos, nuestras espadas y nuestras "barbas".  Todos aportamos algo a este crisol de culturas que es Quito, y eso lo vemos hoy al pasear por esta bella ciudad, una enorme carga cultural, que vemos en el mestizaje de sus gentes; social que contemplamos al ver la vida pasar desde la Plaza de San Francisco; política que vemos recuperarse ajena un poco ya a la corrupción de gobiernos anteriores y con la esperanza puesta en Correa (es curioso la segunda vez que le nombre en dos días) y económica ya que la ciudad bulle de negocios, economía y comercio. Quito es capital del Ecuador, Patrimonio de la Humanidad y lugar de encuentro, pero antes de ser ciudad, fue suelo milenario, hogar de toda una civilización con más de 12.000 años de antigüedad.

Durante la época precolombina, varios grupos indígenas habitaban el área de la actual Quito, entre estos los Quitus, de los cuales la ciudad toma el nombre. Con la ciudad bajo el control de los Incas a principios del Siglo XVI, se convirtió en la capital Inca del Norte. Es famoso el episodio del cacique  Rumiñahui,  incendiando la ciudad para no dejarla en manos españolas.  Sebastián de Benalcázar uno de los adelantados españoles,  inició la reconstrucción de la ciudad desde las ruinas que dejara atrás Rumiñahui y es por ello que no se ven vestigios precolombinos en sus calles ya que no quedo nada para conservar. Si lo vemos en el remodelado parque central, donde antaño estaba la parada de autobuses. Sus exposiciones, cuadros y atracciones resuman un sabor a Inca y un sabor a amor por lo que fueron que no deja lugar a dudas..

Quito fue la primera ciudad en el mundo en ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por las Naciones Unidas en el año 1978 junto con Cracovia en Polonia y hace dos que recibe el honorario titulo de mejor ciudad del turismo latinoamericano de la que todos se sienten muy orgullosos y hacen gala. Pero el verdadero patrimonio esta en sus calles. Caminar por su centro histórico, con cuidado sobre todo por la noche, nos trae recuerdos y olores de esos tiempos, cascos de caballo sobre calles empedradas, el cruce a veces con lugareños  ataviados con sus ponchos y sombreros y conversaciones de viejos indianos en los parques públicos. Pero hoy es domingo y eso nos llena de nuevos olores y escenas cotidiana. El centro se cierra al tráfico y los jovenes pasean con sus bicis, las familias que llegan del pueblo compran en las tiendas, huele  a asado y la música suena en la calles con mucho volumen; las madres pasean a sus criaturas y les compran helados en el señor del carrito o un globo a la globera, en la calle tambien hay hombres que discute de fútbol y dos borrachos que se pelean a maporros para jolgorio general y preocupación de una chica policia que intenta separarlos. Mismas costumbres que hacen en España buena parte de los que emigraron buscando un mejor futuro. Pero sobre todo, Quito es el deambular por hermosas plazas blasonadas, todos en la misma dirección, los turistas, transeúntes, vendedores y mendigos.


























También, al recorrer sus calles, o acercarnos a la Mitad del Mundo, vemos esas mixturas de prácticas cristianas católicas con creencias que remiten a lo solar, lunar y a la naturaleza.  Ritos que se hacen en la misma puerta de sus iglesias y santuarios. Y al caminar vemos ese mestizaje que al mismo ecuatoriano le cuesta digerir, los quiteños buscan su identidad intentando no olvidar la cultura de sus ancestros perdidos pero mirando a un futuro que comienza a adentrarse en su horizonte.

Quito, con sus iglesias, su patrimonio histórico, sus cielos azules, pero sobre todo con su gente, ya  no es solo la ciudad de paso que conocimos antaño en el tránsito hacia Galápagos o  la Amazonia, como entonces, como cuando los incas hicieron de este lugar centro de su cultura, Quito quiere reencarnase como  centro cultural, social, económico pero, sobre todo,  espiritual de toda ésta región andina y nunca debemos olvidar, que este suelo que hoy hemos pisado, es, aún, un suelo sagrado para muchos incas. 


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