INDONESIA: BUSCANDO AL DRAGON DE KOMODO


Hemos bajado en nuestra lancha por dos tardes consecutivas,  una en la isla de Rinca y otra en la temible Komodo, ambas forman parte del  Parque Nacional del mismo nombre. Al caminar por los senderos más turísticos de la primera y al bajarnos a la playa de la desierta Komodo, casi todos los viajeros teníamos la sensación de que íbamos buscando al mismísimo demonio. No les faltaba razón ya que el objeto de nuestra búsqueda no goza de las más mínimas simpatías entre sus presas.

En alguna de las islas de Indonesia central habita un increíble depredador que puede alcanzar los tres metros de longitud y los 140 kilos de peso. Se trata del dragón de Komodo (Varanus komodoensis), una especie de saurópsido de la familia de los varánidos. En ocasiones temido pero de gran admiración por parte de los científicos pues son considerados auténticos fósiles vivientes.

Mucho se ha hablado de este lagarto desde su casual descubrimiento en 1912 por parte de un piloto que se estrelló en las íslas. Investigadores de todo el planeta viajaron al lugar para estudiar el increíble hallazgo, que desde entonces no ha dejado de sorprendernos. Descienden de un reptil marino que vivió hace 136 millones de años y que podía llegar a alcanzar los 17 metros de longitud. El dragón de Komodo no tiene los sentidos de la vista y el oído muy desarrollados por lo que utiliza su lengua para oler, detectar sabores y percibir estímulos. Al igual que otros reptiles, utiliza el órgano de Jacobson, un órgano auxiliar del sentido del olfato que le ayuda a orientarse en la oscuridad. Son excelentes corredores y depredadores voraces. Su alimentación se basa principalmente de carroña, aunque también cazan y tienden emboscadas a otros animales que incluyen invertebrados, aves y mamíferos. Basta con una morderdura para matar a su presa pues su saliva contiene 82 tipos de bacterias diferentes.

En estado salvaje, el dragón de Komodo es una especie amenazada y está catalogada como vulnerable en la Lista Roja de la UICN debido a la reducción de su ámbito de distribución. Hay aproximadamente entre 4.000 y 5.000 ejemplares en estado salvaje, pero la gran preocupación procede de la creencia de que tan sólo podrían existir 350 hembras reproductoras.

Contemplar a este espectacular saurio en el Parque Nacional de Komodo constituyen una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la vida salvaje. Bien es cierto que tanto en el centro de visitantes de Rinca como las playas salvajes de Komodo, se observan compartimientos de turismo no muy ecofriendly, debida a la avalancha de turistas, nos es menos cierto que haber podido "perseguir" a un ejemplar salvaje acompañado de un guarda, ver una hembra en su madriguera o ver acercarse a la playa de Komodo desde la barca a cinco enormes dragones, ha sido una de la experiencias más fascinantes de este viaje de expedición con Ecowildlife. Os he dejado fotografías de la última expedición en este enlace.

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