BOTSUANA(X): LOS SAFARIS EN MOKORO


Cuando uno se adentra por los pasajes y canales húmedos del delta del Okavango o los pantanos de Khwai y Linyati en mokoro, no es consciente del todo peligro que ello entraña, quizás, es difícil imaginar un modo de transporte más pacífico y es por eso que muchas veces ni nos damos cuenta que a nuestro alrededor la vida salvaje la tenemos casi al alcance de la mano. El mokoro es el cruce entre un bote y una canoa. Estos mokoros eran la única manera de viajar por aquí en el pasado, era la única forma que tenían los habitantes de estas tierras para desplazarse en las épocas húmedas o cuando el Okavango se derramaba en el territorio. Utilizado para la pesca, la cosecha de caña, el transporte de personas y mercancías, así como el ganado pequeño, el mokoro que era más o menos el carro del Delta hasta la llegada de lanchas a motor.

Las generaciones anteriores a nuestros guías actuales, las tallaron a mano de madera de ébano y kigelia. Para ello tenían que cortar árboles con más de 100 años para que el tronco alcanzara el tamaño correcto para poder cargar enseres y familias entre las diferentes islas que el agua crea. Puesto que un mokoro de madera sólo tiene una vida útil de cinco años, la llegada de una versión de fibra de vidrio fue recibida con el mismo entusiasmo que el descubrimiento de pan rebanado.

Hoy en día, los barcos utilizan pequeños  motores que incluso llegan a unir la gran ciudad de Maun con los poblados y los lodges turísticos del norte. Pero no es lo mismo. El mokoro avanza lentamente creando su propio camino a través de los campos de caña, desde nuestra posición sentada en el fondo del bote, vemos como la hierba larga se separa delante de nosotros con solo el sonido de la vara del barquero chapoteando en el agua, es solo un susurro y la visión es muy diferente. Desde el mokoro, descubrirá que el silencio de esta zona salvaje en realidad zumba con muchos sonidos: el coro de insectos y ranas, las llamadas de aves y la brisa crujiendo a través de las cañas. De alguna manera, cada uno de los sentidos se vuelve maravillosamente vivo. Las criaturas más diminutas se pueden ver en la claridad colorida y se puede conseguir acercarse de forma real a los animales que beben en los pantanos.


Os he dejado más otos de este expedición en este enlace.

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